

Sobre Nosotras
Somos y nos llamamos “Discípulas de Jesús”. Este nombre expresa nuestro carisma, es decir, el rasgo de Cristo que queremos reproducir especialmente en nuestras vidas: configurarnos con Cristo, Discípulo perfecto del Padre, imitando a la Virgen María, primera Discípula de Jesús.
Las Discípulas de Jesús somos un Instituto de Vida Consagrada a Dios que, a impulso del Espíritu Santo, ha surgido dentro de la Renovación Carismática en la Iglesia y para la Iglesia. Nacimos en la ciudad de San Luis Potosí en el año 1978, siendo nuestros Fundadores el P. Pablo Cárdenas Cantú, sacerdote franciscano y la M. Isabel de la Cruz Crespo Ruiz.
Un poco de historia
Las primeras hermanas del Instituto fueron la M. Isabel de la Cruz Crespo Ruiz y la M. María del Carmen Crespo Martínez, originarias ambas de Ciudad Victoria, Tamaulipas (México). Ellas hicieron sus votos perpetuos privados el 18 de mayo de 1986.
El 25 de marzo de 1993 el Sr. Arzobispo de San Luis Potosí, Monseñor Don Arturo Antonio Szymanski Ramírez, nos aprobó canónicamente como Asociación Pública de Fieles.
Pocos años después, el 12 de junio de 1999, don Luis Morales Reyes nos dio la aprobación canónica como Instituto de Vida Consagrada de Derecho Diocesano en una solemne celebración en la Catedral Metropolitana.
Estos acontecimientos fueron muy importantes para nosotras, pues nos hicieron sentirnos cobijadas y protegidas por nuestra Santa Madre la Iglesia y por su jerarquía. Especialmente sentimos siempre muy cerca a nuestros Sres. Arzobispos como padres y pastores.
En agosto de 2007 realizamos el Primer Capítulo General, al que asistimos todas las hermanas de votos perpetuos, y en octubre de 2015 el segundo Capítulo General. Ambos fueron acontecimientos de gracia, el paso de Dios por nuestra historia.
El día 1 de noviembre de 2016 celebramos el Jubileo por los cuarenta años de fundación, dando gracias al Señor por su amor y sus cuidados en todo este tiempo.
Nuestros Fundadores
Los Fundadores de un Instituto de Vida Consagrada son aquellas personas que, deseando colaborar en la construcción del Reino y la edificación de la Iglesia, han sido llamadas por Dios a participar de un modo singular en la realización su proyecto de amor sobre la humanidad por medio de un carisma especial.
Este carisma es inspirado por el Espíritu como regalo para la Iglesia, y a través de los Fundadores Dios hace llegar a los hombres esta nueva visión del Evangelio para un momento muy particular de la historia.