

«El que dé a beber, aunque sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser discípulo mío, no perderá su recompensa»
(Mateo 10:42)
En cada gesto de generosidad, por pequeño que parezca, se esconde el poder de cambiar vidas y sembrar esperanza. En nuestra comunidad religiosa, tu donación es mucho más que un apoyo material: es un acto de misericordia que sostiene vocaciones, forma corazones y lleva el Evangelio a los rincones más necesitados. Hoy, tienes la oportunidad de ser parte de esta cadena de amor. ¿Listo para transformar realidades con un simple “vaso de agua”?
Te invitamos a conocer los proyectos que tu generosidad hará posible…