
Nuestra Vida Apostólica
El Señor llamó a sus discípulos para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar (Cf. Mc 3,14), y antes de subir al cielo les dijo: “Id pues y haced discípulos a todas las naciones” (Mt 28,19).
He aquí nuestro quehacer, nuestro apostolado: estar con Él, evangelizar y hacer discípulos en el poder del Espíritu Santo.
Como Discípulas de Jesús queremos, unidas a Él, vivir su programa y estilo de trabajo, contenido en el siguiente texto de la Escritura: “El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” (Lc 4,18-19).
Nosotras deseamos ser ungidas con el poder del Espíritu Santo para colaborar efectivamente en el establecimiento del Reino de los Cielos.
Dimensión contemplativa de nuestro apostolado
Nuestra vida de consagración a Dios, de oración y de penitencia es nuestro primer apostolado. Así vivimos ese “estar con Él” que es la dimensión contemplativa de la vida de nuestro Instituto.
En esta experiencia contemplativa adoramos a Jesús Eucaristía y, en la medida de lo posible, promovemos esta adoración con las personas que evangelizamos.
Dimensión activa de nuestro apostolado
Sabemos que nuestro apostolado debe brotar de la unión con Dios, y la unión con Dios debe ser confirmada y fomentada por el apostolado. Nuestro apostolado debe ser fruto óptimo de nuestra vida de oración y de nuestra vida comunitaria, por lo cual no debe asfixiar o destruir ni nuestra vida de oración ni nuestra experiencia de vida comunitaria.
Nuestra vida entera ha de estar llena de espíritu apostólico y de un gran celo por extender el Reino de los Cielos, y todo nuestro apostolado debe estar impregnado de una genuina espiritualidad de mujeres de Dios que reflejan a Cristo.
Vamos con Jesús, con María y con nuestras hermanas, y en el poder del Espíritu Santo, a luchar por la extensión del Reino para la gloria y alabanza del Padre.
Somos un Instituto dedicado a orar y a enseñar a orar, a conocer y a compartir la riqueza de la Palabra de Dios y a servir al pueblo según los dones y capacidades que el Señor nos conceda. Usamos todos los medios posibles para una evangelización más efectiva, especialmente la música, los libros y los medios de comunicación.
Aquí puedes conocer más detalles de nuestro modo de evangelizar
Evangelización kerygmática
Formación de comunidades de laicos
La música
Los libros
Los medios de comunicación
Dimensión social de nuestro carisma
«El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor…» (Lc 4,18-19)
Este fue el programa de vida y el estilo de trabajo de Jesús, y nosotras, como sus Discípulas, queremos vivir también de esta manera. Deseamos ser ungidas con el poder del Espíritu Santo para colaborar efectivamente en el establecimiento del Reino de los Cielos.
“La doctrina social es parte integrante del ministerio de evangelización de la Iglesia. Todo lo que atañe a la comunidad de los hombres —situaciones y problemas relacionados con la justicia, la liberación, el desarrollo, las relaciones entre los pueblos, la paz—, no es ajeno a la evangelización; ésta no sería completa si no tuviese en cuenta la mutua conexión que se presenta constantemente entre el Evangelio y la vida concreta, personal y social del hombre”. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 66.
A lo largo del tiempo, el Señor ha ido suscitando entre nosotras diversas experiencias de trabajo pastoral, dos de ellas con marcado impacto social: en Ciudad Victoria, Tamaulipas (México), y Río Grande, Tierra del Fuego (Argentina).
En Ciudad Victoria se trata del trabajo con mujeres en situación de vulnerabilidad, a través de la Casa de Desarrollo Integral DIJAC. Y en Río Grande el acompañamiento de personas en proceso de recuperación atravesadas por consumo problemático de diversas sustancias, a través del Grupo Santa Mónica.