
Nuestra Formación
En nuestro Instituto la formación tiene por objeto ayudarnos a que nos configuremos con Cristo, Discípulo Perfecto del Padre.
Como Discípulas de Jesús, somos llamadas por Él a entrar en todas las etapas del discipulado como nos lo presenta el Evangelio: estar con el Señor, escucharlo, contemplarlo y conocerlo cada vez más, consagrarnos a Él y a su obra, recibir sus enseñanzas y su entrenamiento, aprender de Él la manera de hacer las cosas, responsabilizarnos de lo que Él nos delega y nos manda realizar, estar dispuestas a ser evaluadas, corregidas y formadas, y todo para que nuestra vida, en plena comunión con Cristo y con nuestras hermanas, sea fecunda y produzca fruto abundante para la gloria del Padre. El Señor no sólo pide que seamos buenas, sino que demos fruto.
Una formación integral
La formación en nuestro Instituto trata de ser lo más integral y completa posible, abarcando todas las áreas de la persona: espiritual, humana, intelectual y apostólica.
En la vida espiritual, ponemos especial esmero en cultivar la relación con Dios. Nos formamos en la lectura, el estudio y la meditación de las Sagradas Escrituras en forma personal y comunitaria y en el estudio de la Sagrada Liturgia, para celebrar con mayor conocimiento y amor el culto a Dios.
Recibimos una sólida formación humana que abarca todas las áreas de nuestra persona, buscando fortalecer la madurez de nuestra personalidad para que así podamos ser capaces de responder al compromiso que implica consagrar nuestras vidas al Señor. Esto nos ayuda a desarrollar relaciones interpersonales sanas, cuidando nuestra vida emocional para que se desarrolle en forma equilibrada y armoniosa y aprendiendo a relacionarnos de acuerdo con la Palabra de Dios. Además somos formadas en el carácter y en las virtudes femeninas.
La formación doctrinal, los estudios filosóficos, pedagógicos, teológicos y pastorales tienen el fin de afianzar nuestra formación y de capacitarnos para servir mejor al pueblo de Dios.
También somos formadas para el apostolado, pues la evangelización y el discipulado son parte de nuestro quehacer. Nos capacitamos para evangelizar de una manera viva y dinámica.
Nuestra formación abarca las siguientes etapas